Os juro que parece que la oscuridad en la que paso mis días destiñe en mis ojeras.
Os juro que las golondrinas alzarán el vuelo por nosotros. No hoy... Quizá algún día. Un día en el que encuentren otro pelo de su mismo tono oscuro que les escriba en las mañanas tormentosas. Este está ya muy frío y revuelto. Otro pelo desde el que puedan quedarse observando las luces de Navidad que viven en las calles. ¡Y vosotros diréis que cada año las ponen más pronto! Y me seguiré preguntando qué es pronto comparado con la vida que nos espera sufrir. Y los instantes. Pronto.
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Escucho el latido y las gotas.
Escucho un grito de voces rotas.
Y os juro que necesitábamos ser tristes para ser reales.
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