Al final va a ser que estamos hechos para deambular barriendo las calles con nuestros pies mientras buscamos el amor que nos falta. Al fin y al cabo, ya me van faltando hasta las comas. Me he acostumbrado a escribir con muchos puntos y más dolor que de costumbre. Delirios de inconsciencia. Acabo leyéndote en constelaciones inventadas y me pierdo en lo que digo. Solía perderme en tus ojos, pero me temo que los han cerrado al público.
Entraré sin permiso. Voy a prenderte fuego. Me suicidaré y tu pupila será mi barranco.
Seguiré mendigando atardeceres a falta de mañanas decentes. Dime, ¿el amor puede irse?, ¿huir?, ¿dimitir?, ¿o simplemente se acaba? Yo solo sé que al otro lado de la ventana todo siempre parece más fácil. Y siempre depende del lado en que esté. Podría ser yo el problema.
¿Y qué importa todo? Deja de ser mi canción triste por una vez. Prendamos fuego al mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario