No pienso hablaros del Cielo
ni de cómo lo dejaba en bandeja.
Ni del Infierno asemejado
al número de su apartamento.
No pienso mirar atrás
a ver arder las nubes.
No pienso quedarme
a ver explotar el compás
que jamás había llevado.
No pienso tocar el picaporte
ni siquiera para cerrar
de un portazo
como no pienso volver
tocando en la puerta
como en tu corazón.
No pienso.
No pienso hacerlo.
Pero pienso.
Pienso todo el día.
¿Y sabéis qué pienso
sobre la Luna?
Pienso que es increíble
que a estas alturas
de la vida
aún se apropie
de su belleza
cada noche.
(Pero no se lo digáis; que ni lo piense)
No hay comentarios:
Publicar un comentario