"¡Primero la revolución,
y luego, la poesía!",
solía gritar.
Y para mí estuvo muy claro:
revolución y poesía son lo mismo
cuando se trata de hablar sobre ella.
Aún estoy aprendiendo,
pero vengo a solucionaros la vida:
Amor es pedir perdón por pecados
que aún no has cometido.
Amor es pedir perdón
por pecados que no son siquiera tuyos.
Querido quienquiera que seas:
no estoy tan vacío como parece,
simplemente he entendido que, al final,
quien se queda...
Somos solo nosotros
con ganas de más.
Solía decirme:
"Esperar es llevar rosas
donde aún no ha muerto nadie".
Pues espérame,
espérame.
Espérame fuerte,
sencillo,
bonito.
Puedes esperarme siempre:
no has de comprar flores,
la rosa eres tú.
(Y, por suerte,
no sabes que estoy muerto por dentro.
No aún.)
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