Las rosas volverán a vestir de marchitas para llamar la atención de la Luna, y ésta volverá a cerrar sus párpados echándole la culpa al Sol. Dormirá con la conciencia no tan tranquila y los sentimientos desparramados, reflejándose en el mar que la muestra aún más débil que de costumbre. Y de madrugada mandará mensajes a las estrellas diciéndoles que
Las rosas volverán a boicotear la primavera vestidas de marchitas, y volverán a olvidarlas en el campo con más espinas que colores. Volverá la Luna a olvidar arrancarlas para pedir perdón, y llorará sola en medio de una oscuridad cegadora mientras las estrellas se toman un café en nombre de todos los suspiros que completan el aire por ellas.
Y nosotros volveremos a quedarnos aquí, escribiéndole a lo marchito y con luciérnagas como estrellas, porque las verdaderas se cansaron de esperar que les salvaran con palabras.
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