jueves, 24 de septiembre de 2015
Cómo una flor se hizo ángel.
Recuerdo ver cómo crecían las flores en el campo alrededor de ti, y recuerdo haber pensado que tú eras la flor más bonita que había visto allí hasta ahora. Recuerdo haberte visto sonreír, aunque no del todo si sonreí yo. Quizá no exteriormente.
Volví a aquel lugar anoche, después de pasar horas intentando dormir con tus recuerdos como si fueran el eco de estos últimos años en mi cabeza, y te sorprenderá (o no) una cosa: ya no habían flores allí. Tú dirás que porque es invierno, yo diría que porque no estabas. A riesgo de parecer más tóxico aún que en su día, tengo que confesarte que te sigo queriendo solo para mí. No me diste el tiempo suficiente para cuidarte todo lo que debería haber sido.
Recuerdo un montón de momentos en los que estás de protagonista: acariciando un cachorrito sentados en el césped, construyendo cosas con trozos de madera como a los siete años, confesándome que me quieres, sonriendo a centímetros de mí... Y lo único que hasta hoy no consigo visualizar claramente son tus ojos advirtiéndome que podrías irte en cualquier momento.
Hoy esta lápida no hace referencia a ti: aquí no hay ningún ángel. Hoy no consigo recordar cómo es que te dejé ir.
martes, 7 de julio de 2015
Lo intenté por ti.
Verás, nunca he sido bueno en esto. Lo sabes; lo sabías. Intenté escribirte algo y solo me salió esto: como una despedida. Como algún tipo de excusa que te pide más tiempo. Pero no lo hay.
Debería dejar de dormir en el sofá.
Debería dejar de escribir sobre despedidas.
Debería peinarme por las mañanas a primera hora, cuando me miro en el espejo.
Debería dejar de escuchar cómo James Blunt dice que eres preciosa.
Debería decirte más que eres preciosa.
Debería parar el tiempo.
Debería hacerte una canción y ponerte en repetición para siempre.
Debería comprar más cigarrillos.
Debería dejar de fumar.
Debería hacer como que nada ha sucedido.
Debería decirle al resto que no te fuiste.
Debería ceder al mundo y que pare de tirarme de los recuerdos.
Debería haberme tirado de las orejas en su lugar.
Debería dejar de lamentarme.
Debería dejar de repetir como lo hago.
Debería empezar a conjugar como me enseñaste.
Debería empezar a ser nosotros y no yo.
Debería dedicarte una canción.
Debería haberte llevado el café por las mañanas.
Debería haber cambiado las sábanas.
Deberían oler como tú.
Debería haber ido contigo a ver las estrellas.
Debería haberte contagiado la gripe.
Debería haberte cuidado como me cuidabas.
Debería empezar a terminar los cuadros que me pediste.
Debería haber cerrado la puerta con llave.
Debería no haberte enfadado aquella noche.
Debería haber estado contigo.
Debería haberte salvado de quienes entraron.
Debería no haber dormido en el sofá.
Debería dejar de escribir sobre despedidas.
Debería aceptar que no pude despedirme.
Debería llamar a esto como lo que te gustaba:
"Mil deberes por amor y un adiós interminable."
domingo, 12 de abril de 2015
Yo no sé.
Ya lo decía hace tiempo y lo repito: yo no sé nada de la vida. Pero he aprendido cosas, como que irse también deja secuelas.
Yo una vez me fui. Y me di cuenta de que perdí hasta la razón cuando intenté pintarle a oscuras. Cuando hubo luz, en el lienzo solo habían líneas que no dibujaban nada decente, y pensé en si aquello podían ser mis cicatrices. Lo que tengo claro es que lo peor que hay en la vida es decir "te quiero" y que alguien te responda que él también ha tenido pesadillas. Y sinceramente no espero que nadie lo entienda, pero desde aquello parece que los lienzos ni siquiera me miran a los ojos.
Yo no es por echar culpas, pero si el amor es ciego es porque alguien le ha sacado los ojos. Y juraría no haber sido yo. Y esperaría que no hubiese sido él. Y me gustaría echaros la culpa de esto a vosotros, pero no puedo.
No he dejado de doler desde que doler significa llorar porque todo aquello por lo que lloras no entiende por qué lo haces. A la par, he estado pensando en si la distancia podría medirse en mensajes de "¿Cuándo volverás?" que, normalmente, prefieren evitar a responder. No he dejado de doler desde que él ya no me pasa un montón de canciones de Kingdom Hearts que me ayuden a escribir aunque yo no haya jugado nunca. Y aunque él no sepa que me ayudan.
Qué curioso: he vuelto a hablar del amor como dos personas, como si esto no fueran una y un escrito que jamás será enviado a nadie. O sí. Pero no a quien debe. O también. Aunque ya no signifique nada. Si total, ya lo decía hace tiempo y lo repito: yo no sé nada de la vida. Pero he aprendido cosas, como que dos caminando por la calle de la mano también son dos cicatrizando, aunque nunca hayan pintado un lienzo que les dijese que deberían hacerlo.
Yo una vez me fui. Y me di cuenta de que perdí hasta la razón cuando intenté pintarle a oscuras. Cuando hubo luz, en el lienzo solo habían líneas que no dibujaban nada decente, y pensé en si aquello podían ser mis cicatrices. Lo que tengo claro es que lo peor que hay en la vida es decir "te quiero" y que alguien te responda que él también ha tenido pesadillas. Y sinceramente no espero que nadie lo entienda, pero desde aquello parece que los lienzos ni siquiera me miran a los ojos.
Yo no es por echar culpas, pero si el amor es ciego es porque alguien le ha sacado los ojos. Y juraría no haber sido yo. Y esperaría que no hubiese sido él. Y me gustaría echaros la culpa de esto a vosotros, pero no puedo.
No he dejado de doler desde que doler significa llorar porque todo aquello por lo que lloras no entiende por qué lo haces. A la par, he estado pensando en si la distancia podría medirse en mensajes de "¿Cuándo volverás?" que, normalmente, prefieren evitar a responder. No he dejado de doler desde que él ya no me pasa un montón de canciones de Kingdom Hearts que me ayuden a escribir aunque yo no haya jugado nunca. Y aunque él no sepa que me ayudan.
Qué curioso: he vuelto a hablar del amor como dos personas, como si esto no fueran una y un escrito que jamás será enviado a nadie. O sí. Pero no a quien debe. O también. Aunque ya no signifique nada. Si total, ya lo decía hace tiempo y lo repito: yo no sé nada de la vida. Pero he aprendido cosas, como que dos caminando por la calle de la mano también son dos cicatrizando, aunque nunca hayan pintado un lienzo que les dijese que deberían hacerlo.
Aquas Theme - Kingdom Hearts
domingo, 11 de enero de 2015
Dame alas.
Aquel día me presenté sola. (Más bien no)
Tiempo atrás habíamos acabado de acuerdo en que era bonito que los sueños de cada uno solo pudiesen llevarse a cabo con el otro. Por aquel momento mi sueño era ir a un concierto de Coldplay, mi banda favorita, pero con él. Y le pareció maravilloso. También a él le encantaba Coldplay, pero decía que no era su grupo favorito, que había canciones que no le gustaban. Yo le respondí que, para mí, mi grupo favorito no es aquel del cual me encantan todas sus canciones, sino el que me hace sentir con ellas ya sean todas o solo una. Cuando se lo expliqué él asintió como quien te manda a callar. Lo hacía muchas veces, nunca me lo tomé demasiado a pecho.
Un día antes de dormir se me ocurrió la forma perfecta de explicárselo. "Pasa como con las personas", creo haber dicho. Estaba demasiado cansada para entender lo que decía, yo solo hablaba, como siempre que se me ocurría algo. "Siempre llega alguien que no te gusta en todos los sentidos, pero te hace sentir algo más. Como que te comprende, ya sea por lo mismo que tú has sentido o por otra cosa". Creo que respondió a lo que dije, pero me dormí. Él siempre será un secreto para mí, o eso he pensado desde que lo conocí. No poco después de aquello él se fue, y Coldplay daba un concierto aquí mismo. No sabía muy bien qué pensar, pero cómo iba a dejar pasar a mi banda favorita, así que fui.
Aquel día me presenté sola, pero en medio de una canción, justo a la mitad del concierto, creí haberlo visto a él allí solo, en medio de un montón de desconocidos. Desde aquel momento siempre he pensado que él era mi canción favorita, aunque nunca hubiese vuelto a escucharla.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)