Y sé que acabo igual cada mensaje, cada nota, cada despedida que tenemos frente al otro. Acabo igual cada carta, cada “buenos días, cariño”, cada “buenas noches, que duermas bien”. Acabo igual cada tarea, cada lloro, -intento incluso acabar igual- cada discusión, cuando a veces significa lo mismo que “perdóname”, cuando significa “no te vayas” o “te echaré de menos”, aunque esto sea siempre. Acabo siempre igual, pero es que me da pánico que se te olvide. Que entre distancias y cosas de más, un día estés en a saber dónde y dudes, porque no hay nada más peligroso –y más humano- que una duda.
Así bien, quiero decir… Nunca dudes. Te quiero. Y seguiré acabando igual los mensajes, cada nota, las despedidas frente al otro, cada “buenos días, cariño”, cada “buenas noches, que duermas bien”, cada tarea, cada lloro, cada discusión. Te quiero, no dudes.
Y sé que acabo igual cada mensaje, pero aún así sé que algún día dudarás. Solo estoy tomando mis medidas.