Somos los lobos que no aullan a la Luna
y mariposas que no forman ciclones
"al otro lado del mundo".
Somos heridos sin sanar,
tiritas sin despegar.
Un silencio como respuesta
a un "Te quiero, mamá".
Y seremos un infierno sin congelar,
otro psicópata que no logra matar.
El "Póngame otra, camarero"
de algún suicida en un bar.
Intentamos ser la vida que no nos dieron
y fuimos la canción que no nos cantaron.
Y me inventé el nombre de muchas personas
a lo largo de toda mi vida
como Abandono.
Hoy abandono.
Pero de verdad,
no como esas veces
en las que se acaba
silbando el nombre de una
en la cama de otra.